¿Cómo influye la personalidad en nuestra toma de decisiones?

por Rafael Salas Muriel | Dic 27, 2024

La personalidad define en gran medida cómo percibimos el mundo, interactuamos con los demás y enfrentamos los retos del día a día. Desde escoger una carrera profesional hasta decidir con quién compartir nuestro tiempo, nuestros rasgos de personalidad juegan un papel crucial. Las diferencias individuales no solo influyen en nuestras decisiones personales y laborales, sino también en nuestras relaciones con los demás, incluyendo las de pareja. Además, nuestra personalidad también puede ser clave para entender los retos y logros en diversas etapas de la vida.

La personalidad y la toma de decisiones

Los rasgos de personalidad y su impacto

Los cinco grandes rasgos de personalidad (Big Five) nos ayudan a entender estas diferencias:

  • Apertura a la experiencia: Una mente abierta lleva a explorar nuevas ideas y aceptar cambios, mientras que una personalidad más conservadora prefiere la estabilidad y lo conocido. Este rasgo influye, por ejemplo, en la decisión de aceptar un nuevo trabajo en otro país o permanecer en una situación conocida.
  • Responsabilidad (conscientiousness): Ser organizado y metódico facilita tomar decisiones calculadas. Por el contrario, una menor responsabilidad puede reflejarse en impulsividad, como gastar sin planificación o posponer tareas importantes.
  • Extroversión: Los extrovertidos buscan interacción y retroalimentación social, mientras que los introvertidos tienden a reflexionar más antes de decidir. Esto se observa tanto en decisiones cotidianas como al elegir un estilo de vida más activo o tranquilo.
  • Amabilidad: Las personas amables suelen buscar el consenso y evitar conflictos. Aquellos con menor amabilidad pueden priorizar sus propios intereses sin concesiones, lo que puede ser útil en ciertas situaciones, como en negociaciones.
  • Estabilidad emocional (neuroticismo): Las personas emocionalmente estables tienden a decidir con calma, mientras que quienes se ven influidos por la ansiedad pueden actuar precipitadamente, especialmente en situaciones de alta presión.

Estos rasgos impactan cada ámbito de nuestra vida: ¿por qué alguien elige un camino lleno de riesgos mientras otro se aferra a la seguridad? La respuesta está en su personalidad.

Toma de decisiones en distintos contextos

En la vida profesional

La personalidad influye en nuestras elecciones laborales. Por ejemplo, alguien con alta apertura podría buscar una carrera creativa, mientras que alguien con alta responsabilidad tal vez se incline por roles que requieran organización y precisión. En entornos laborales, las diferencias pueden ser una fuente de innovación, pero también de conflictos si no se manejan adecuadamente.

Un ejemplo común es el choque entre una persona extrovertida que busca trabajar en equipo y alguien introvertido que prefiere trabajar de forma independiente. Estos contrastes pueden generar tensiones si no se reconocen y valoran las fortalezas de cada estilo.

En las relaciones familiares y sociales

Nuestras interacciones con amigos y familiares también están moldeadas por nuestra personalidad. Un extrovertido puede disfrutar de reuniones frecuentes, mientras que un introvertido podría preferir encuentros más íntimos y esporádicos. Entender estas diferencias evita malentendidos y fortalece los lazos.

Además, la amabilidad y la estabilidad emocional juegan un papel clave en cómo manejamos los desacuerdos con seres queridos. Una persona altamente amable podría evitar confrontaciones, lo que puede ser positivo a corto plazo, pero perjudicial si lleva a resentimientos no expresados.

En la pareja

La terapia de pareja es una herramienta esencial para identificar y gestionar los conflictos derivados de las diferencias de personalidad, ayudando a las parejas a comunicarse de manera efectiva.

Las decisiones compartidas, desde aspectos cotidianos como elegir un restaurante hasta decisiones trascendentales como tener hijos, son una constante en la vida de pareja. Las diferencias de personalidad pueden ser enriquecedoras o, si no se gestionan bien, motivo de tensión.

Por ejemplo, una persona con alta estabilidad emocional puede manejar mejor una discusión, mientras que alguien con tendencia al neuroticismo podría sentirse desbordado. Reconocer estos patrones permite construir relaciones más equilibradas y satisfactorias.

En situaciones de cambio

Las decisiones importantes, como mudarse, cambiar de carrera o enfrentar una pérdida, también están influenciadas por nuestra personalidad. Una persona con alta apertura podría adaptarse mejor a lo desconocido, mientras que alguien más conservador podría necesitar más tiempo para procesar y aceptar los cambios.

En la toma de decisiones cotidianas

Incluso las decisiones más simples, como elegir qué ropa usar o qué comer, están influenciadas por nuestra personalidad. Las personas responsables tienden a planificar y organizarse, mientras que quienes son más espontáneos pueden decidir sobre la marcha. Estas diferencias también afectan cómo manejamos nuestro tiempo y nuestras prioridades diarias.

 

Estrategias para tomar mejores decisiones

  1. Conócete a ti mismo: Reflexionar sobre cómo tus rasgos de personalidad influyen en tu forma de decidir es un primer paso esencial. Un ejercicio práctico es llevar un diario para identificar patrones de decisión.
  2. Escucha activa: En situaciones de grupo, como reuniones laborales o discusiones familiares, comprender las perspectivas de los demás ayuda a encontrar soluciones equilibradas. Esto incluye validar las emociones de los otros sin imponer tus propios puntos de vista.
  3. Busca un equilibrio: Identifica cómo combinar los puntos fuertes de diferentes personalidades para tomar decisiones que beneficien a todos los implicados. Por ejemplo, en un equipo, aprovechar la creatividad de quienes tienen alta apertura y la organización de los responsables puede dar mejores resultados.
  4. Consulta con un profesional: La terapia de pareja puede ser particularmente eficaz para resolver problemas en relaciones afectivas, proporcionando herramientas para mejorar la comunicación y la empatía. Cuando las diferencias de personalidad generan conflictos recurrentes, la ayuda de un terapeuta puede marcar la diferencia.
  5. Acepta la diversidad: Reconocer que las diferencias de personalidad son naturales y necesarias para un mundo diverso permite reducir tensiones y promover la colaboración.
  6. Gestiona el estrés: La estabilidad emocional se puede trabajar mediante técnicas como la meditación, el mindfulness o la terapia cognitivo-conductual, ayudando a tomar decisiones con mayor claridad.
  7. Practica la flexibilidad: Aprende a adaptarte a situaciones que desafían tus inclinaciones naturales. Por ejemplo, si eres introvertido, intenta participar en más actividades grupales, o si eres extrovertido, dedica tiempo a la reflexión personal.
  8. Establece prioridades: Las decisiones son más efectivas cuando sabemos lo que es realmente importante. Crear una lista de valores o metas puede ser una herramienta útil para guiar el proceso de decisión.

Hacia una mejor comprensión de nosotros mismos

La personalidad, con todas sus facetas, está presente en cada decisión que tomamos. Comprender cómo nos afecta no solo mejora nuestras relaciones, sino también nuestra capacidad para enfrentarnos a los retos de la vida.

Si deseas profundizar en cómo tu personalidad influye en tu toma de decisiones o trabajar en las relaciones que más te importan, el Dr. Rafael Salas y la psicóloga Estíbaliz Gardoqui, pueden ayudarte. La clave está en el autoconocimiento y en aprender a ver nuestras diferencias como un recurso para crecer.

Recuerda que cada rasgo, bien gestionado, puede convertirse en una herramienta poderosa para alcanzar tus objetivos y construir un entorno de armonía y equilibrio.

Doctor en Psicología at  | 622 176 240 | rsmuriel@icloud.com |  + posts

Doctor en Psicología por la Universidad de Salamanca (USAL), con especialización en Psicología Clínica, Neuropsicología, Sexología Clínica, Psicofarmacología y Conductas Adictivas. Experto en Psicología Legal y Forense, manejo de la Diabetes Mellitus y Trastornos del Espectro Autista. Cuenta además con formación avanzada en Psicoanálisis y Mediación Penal, así como experiencia en investigación y conferencias sobre criminología, educación y diabetes.