En algunas ocasiones, la mente puede tener diferentes mecanismos de protección ante experiencias traumáticas. Diferentes pensamientos bloqueados para no hacer daño aunque, de forma paradójica, pueden interferir ante tratamientos psicológicos. Es lo que se conoce como disociación psicológica, el tema que voy a tratar en este artículo.
¿Qué es la Disociación Psicológica?
Se considera una disociación psicológica como un mecanismo que se activa cuando una persona que se ve sobrepasada mentalmente decide desconectar de la realidad en la que se encuentra. Así, se activa de forma inconsciente, paralizándose física y emocionalmente al no encontrar escapatoria.
Esta especie de anestesia es la respuesta de desconectar el córtex anterior impidiendo regular, de forma consciente, el comportamiento de aquella persona que lo padece. Desde la amígdala se produce cortisol para inhibir el funcionamiento del hipocampo, así como los opioides, los neurotransmisores que sucumben a la persona a dicha anestesia natural.
Es lo que sucede, por ejemplo, a muchas personas que sufren abusos sexuales, cuya activación les permiten soportar el dolor físico y emocional en tan duro trauma.
Los trastornos disociativos también se pueden vincular a la carencia sentimental ante el recuerdo de un hecho traumático para esa persona o de pensamientos y sentimientos que parecen no tener relación con la situación, como si fueran incontrolables, o haciendo algo que no haría de manera normal y que parece que hace de manera forzada.
Síntomas de Disociación Psicológica
Podemos encontrar diferentes síntomas que nos podrían dar pistas sobre la disociación psicológica. Voy a enumerar algunos de ellos.
Amnesia
Probablemente, sea el síntoma más reconocido ante una disociación psicológica. Las lagunas mentales ante acontecimientos importantes o situaciones cotidianas. Por supuesto, si es una disociación vinculada a un trauma, se suelen ocultar aquellos fragmentos más dolorosos del mismo o incluso inventarse algunos para que la historia tenga un mayor sentido.
Despersonalización
Otro de los síntomas vinculados con la disociación psicológica es la despersonalización. La persona que lo sufre se siente como un extraño. Así, en momentos de ansiedad, puede parecer que la persona está viviendo una situación de manera ajena cuando no es así. Parece que su mente no está conectada con el cuerpo y lo ve todo “desde fuera”.
Desrealización
Al igual que sucede con la despersonalización, se pueden sufrir alteraciones en la percepción de los espacios. Por ejemplo, espacios que son reconocidos, como calles que se recorren normalmente casas que son familiares y que, por momentos, la persona la percibe como extraña.
Alteración y Confusión de Identidad
Las dudas también se ciernen sobre la propia identidad al sufrir una disociación. La persona tiene graves problemas para saber cómo es o qué decisiones tomar. Incluso en ocasiones se adoptan diferentes identidades en diferentes momentos.
Los Daños de una Disociación Psicológica
Cuando una persona sufre un trauma, hay que considerar que no se debe de valorar el hecho en sí, puesto que hay personas que reaccionan de una manera ante hechos más graves que otros y viceversa.
Al final, todo depende de los recursos psicológicos que uno cuente. Por si fuera poco, tal y como sucede en los casos de abusos sexuales, se tiende a sentirse culpable por “no haber hecho suficiente” para defenderse, aun a pesar de haber tomado una decisión relacionada con su propia supervivencia y de forma instintiva. Esto, a su vez, incide en la autoestima de aquella persona que ha sufrido un hecho traumático.
Tratamiento de una persona con Disociación
Debido a todos los daños psicológicos que sufre una persona con disociación psicológica, el tratamiento con un psicólogo tiene que centrarse primero en garantizar la estabilidad emocional. Posteriormente, el trabajo terapéutico se tiene que focalizar en los recuerdos de los traumas para reprocesarlos y, finalmente, conseguir reintegrarlos.