La mitomanía: ¿qué hay detrás de un mentiroso compulsivo?

por | Ago 26, 2020

Seguro que, a lo largo de nuestra vida, te has encontrado con amigos o familiares que cuentan unas historias fascinantes. Puede que te parezcan exageradas o incluso que no sean ciertas. En algunos casos, hay personas que siempre cuentan historias surrealistas.

Sí, hay muchas personas que tienden a exagerar o incluso inventarse historias, con el fin de captar la atención. Sin embargo, en algunos casos, este tipo de mentiras van mucho más allá. Según algunos expertos, las personas pueden llegar a mentir, de una u otra forma, entre 10 y 200 veces al día, pero esta cifra puede verse incluso  incrementada.

Cuando una persona necesita mentir y lo hace de manera continuada y consciente, decimos que padece mitomanía. Precisamente, en este artículo os quiero hablar de qué es exactamente y qué hay detrás de un mitómano.

¿Qué es la Mitomanía?

La mitomanía es una patología por la cual una persona tiende a mentir, de forma compulsiva e irrefrenable. Conocida también como pseudología fantástica, se puede relacionar con los trastornos de personalidad y comportamiento. Recibe este nombre, debido a la palabra griega “mythos”, que significa mentira y manía, que denota una compulsión.

Tal y como he mencionado, todos hemos mentido más de lo que pensamos. Podemos soltar alguna “mentirijilla” a sabiendas y con un objetivo claro. ¿Quién no ha adornado su currículum de cara a una entrevista? En este tipo de casos, sabemos qué es lo que buscamos y por qué mentimos. Se podría decir que son mentiras esporádicas, en busca de un beneficio. Es decir, puro espíritu de supervivencia.

Por su parte, el mitómano tiene como origen de sus mentiras ciertas patologías psicológicas, como el narcisismo o el trastorno psicótico.

En la propia historia, podemos encontrar a personas cuyas mentiras fueron más allá y a las que se le ha diagnosticado mitomanía. Un ejemplo de ello es Anna Anderson, la cual se hizo pasar por Anastasia Romanov, la hija más joven de la familia del Zar Nicolás II y que había escapado del fusilamiento de su familia. Posteriormente, se supo que era una obrera polaca y que padecía ciertas enfermedades mentales.

Otro ejemplo famoso por padecer esta patología es la historia de Frederic Bourdin, el cual se cambió la identidad más de 500 veces y se hizo pasar por niños que habían desaparecido hace años y años. El caso llegó a los medios, apodándole como el camaleón.

Causas de la Mitomanía

La cuestión ahora es: ¿qué le lleva a alguien a ser un mentiroso compulsivo? ¿Cuáles son las causas de la mitomanía?

Es muy difícil encontrar una única causa o un único factor, puesto que las diversas teorías se centran en un componente biológico, fruto de las conexiones cerebrales. Diversos estudios han certificado que los denominados “mentirosos compulsivos” tienen un mayor porcentaje de materia blanca en la corteza prefrontal. Esto nos indica que este tipo de personas tienen un mayor número de conexiones entre sus ideas y recuerdos, los asocian mucho mejor y, con ello, pueden dar mayor coherencia a sus mentiras. De la misma forma y, como ya he indicado, se puede vincular a otras enfermedades mentales.

Pero también hay un factor social y psicoanalítico, donde el mentiroso compulsivo construye su propia identidad debido al propio entrenamiento de las mentiras que propaga. En definitiva, comienza con pequeñas mentiras, se habitúa a ellas y comienza a desarrollar, gracias a su memoria y entrenamiento, mentiras más grandes y que encajen con su contexto vital.

Un patrón muy repetido en los mitómanos nos lleva a retrotraernos hacia su infancia. Las mentiras se agarran a recuerdos de la infancia, con graves problemas de afecto en su entorno familiar. El propio Frederic Bordin lo explicó en una entrevista, diciendo que siempre había querida tener una familia y recibir cariño, buscaba una familia feliz.

Síntomas de un Mitómano

Si nos centramos en el plano psicológico, podríamos decir que las mentiras estimulan al mitómano y le confieren de un escudo para protegerse frente a la realidad. Gracias a ello, se puede ver engrandecido, por lo que denota graves problemas de autoestima.

Mediante las mentiras, este tipo de personas buscan llamar la atención y conseguir admiración y buena reputación, por parte de su entorno.

Con estas premisas, podemos ver que, detrás de un mitómano, se encuentra una persona con baja autoestima, hasta el punto de mentir para crearse una identidad con la que se siente a gusto.

Obviamente, este tipo de mentiras suponen un grave problema para la persona que padece de mitomanía. Uno de los primeros es que se convierte en una adicción, como cualquier otra. Esto implica una pérdida  de control sobre nuestra conducta, llegando a creer incluso sus propias mentiras.

Por otro lado, el estrés y la ansiedad suelen formar parte del mentiroso compulsivo. Esto se debe a que tienen una preocupación desmesurada por ser descubiertos de sus propias mentiras. De la misma manera, la continúan combatiendo con más mentiras, entrando en un juego obsesivo muy peligroso para la salud mental.

Un mitómano convierte la mentira en una rutina. Su hábito por mentir es tal que, si no es a través de la mentira, carece de habilidades sociales.

Tratamiento frente a la Mitomanía

Ya podéis ver que esto es mucho más grave que una mentira piadosa. Va mucho más lejos, por lo que un mitómano debe de recibir un tratamiento adecuado y así reconducir su vida a un estado de bienestar mucho más natural y saludable. Para ello, un especialista tiene que realizar un diagnóstico adecuado de las causas. Para dar este primer paso, es necesaria la propia iniciativa de la persona que padece esta patología, puesto que cuesta reconocerlo. Es decir, es necesario un compromiso previo.

En este sentido, una de las terapias que mejor funcionan se basa en la terapia cognitivo-conductual. Gracias a ella, podemos conseguir múltiples beneficios, como trabajar la inteligencia emocional o mejorar la autoestima. Con esto, lo que se busca es reeducar la percepción del paciente.

Otra de las terapias que mejor pueden funcionar en tratamientos con mitómanos reside en la terapia psicoanalítica, por la cual el especialista puede detectar procesos inconscientes del paciente y así determinar las razones que hay tras estas mentiras compulsivas.

De la misma forma, las terapias encaminadas a paliar o mitigar los síntomas de la mitomanía pueden ser de gran utilidad, como aquellas enfocadas al tratamiento de la ansiedad.

Según el caso, podría ser que la mitomanía pueda estar relacionada con otras enfermedades mentales. En esta situación, se debe de realizar un diagnóstico certero. En casos muy graves, la terapia se puede complementar con la receta de un psicofármaco.

Con un trabajo bien planificado, se podrán ir eliminando esos síntomas y eliminar una patología que puede generar graves problemas para la salud del paciente y el bienestar de su entorno.