Comprar algo y luego darte cuenta de que no lo necesitas para absolutamente nada es muy natural. A todos nos ha pasado alguna vez. Sin embargo, en algunas personas, la satisfacción de las compras se transforma en una necesidad. Incluso se podría hablar de una adicción, en según qué casos.
Es el tema que quiero tratar hoy con todos vosotros. Hablo sobre la adicción conocida como oniomanía, aunque muchas personas la conozcan como la adicción de un comprador compulsivo.
¿Qué es la Oniomanía?
La oniomanía hace referencia a la adicción por comprar de forma compulsiva. En este sentido, es sabido que las compras producen una satisfacción inmediata en el consumidor. En el momento de la compra, el consumidor siente alivio por entender que ha cubierto una necesidad. Es algo que se ha vinculado con la sociedad moderna y, más concreto, con la sociedad occidental: la sociedad de consumo.
Sin embargo, cuando hablamos de un comprador compulsivo o de alguien que sufre oniomanía, esta persona descubre al poco tiempo otro tipo de sentimientos, entre ellos la culpabilidad o el arrepentimiento.
Más aún, con cada compra realizada, el tiempo hasta que esta sensación de alivio desaparece es menor, haciendo que se reincida en una compra de este tipo, cada vez con menos tiempo entre una y otra.
A pesar de los trastornos que pueda generar, la compra compulsiva no está reconocida dentro de la clasificación principal de trastornos mentales del manual de diagnóstico DSM-IV, siendo tratado como un trastorno del control de impulsos no especificado.
¿Y quiénes suelen ser las personas que más lo sufren? Por norma general, son personas que están entre los 18 y los 30 años, habiendo una mayor incidencia en el caso de las mujeres.
Síntomas de la Conducta de un Comprador Compulsivo
Más allá de parámetros como la edad o el sexo, la conducta de un comprador compulsivo se caracteriza por una serie de hecho y de sensaciones que le rodean.
Por ejemplo, un patrón muy extendido no es únicamente que compra objetos que realmente no necesita, sino que cuando los compra, lo hace en solitario. Un buen síntoma de que son objetos que ni tan siquiera necesita es que, en muchas ocasiones, una vez adquirido, ni tan siquiera lo estrena o usa.
De la misma forma, podemos encontrar síntomas muy relacionados con otro tipo de adicciones y, en este caso, a todo lo que acarrea la compra. Por ejemplo, si la persona que sufre oniomanía no puede comprar, siente una profunda ansiedad, aliviada cuando efectúa una compra. Asimismo, tras realizar la compra, tiene una sensación de culpabilidad. Otros síntomas que también se pueden apreciar son los cambios de humor o la irritabilidad.
La Causas de la Oniomanía
Entre las diferentes causas que hay detrás de un comprador compulsivo suele estar la baja autoestima o la ausencia de carencias afectivas y que quedan cubiertas por las compras. Esto incide, igualmente, en personas que le dan un excesivo valor a la apariencia física. Tal es así que este impacto se puede agudizar, hoy en día, por el excesivo uso de redes sociales.
También cabe señalar otros dos aspectos vinculables a la oniomanía y a las personas que la padecen. Por un lado, está la educación. Una educación sin límites y plena disposición a los caprichos puede ser una de las principales causas de una persona necesite realizar compras compulsivas.
Por otro lado, hay que recalcar que la oniomanía puede ser compatible con otros tipos de trastornos y que van desde los desórdenes alimenticios o abuso de sustancias, por poner varios ejemplos.
Es más, algunos estudios incluso apuntan a una tendencia hereditaria en aquellos que lo sufren, siendo familiares de personas que han padecido otros trastornos de ánimo y no necesariamente el de la oniomanía.
Consecuencias de la Oniomanía
Las compras compulsivas pueden suponer un grave problema cuando se hace con cierto descontrol. En algunos casos, no importa el gasto que supone, con tal de satisfacer las necesidades de compra.
Ello hace que, por culpa de esta adicción, pueda haber problemas económicos si el gasto es desmesurado, pudiendo incluso endeudarse, afectando a la familia y la relación intrafamiliar, como es lógico.
En el lado emocional, un adicto a las compras compulsivas puede acabar provocando trastornos de carácter ansioso o desencadenando un cuadro depresivo ante los gastos generados por las compras.
La conducta también puede verse modificada, con una obsesión desmedida con todo lo que tenga que ver con las compras, centrando su atención en objetos que comprar y dejando de lado otras actividades ociosas, pudiendo además reducir sus relaciones interpersonales.
El Tratamiento para la Oniomanía
La mejor forma para la oniomanía consiste en una psicoterapia personalizada al paciente, llevada a cabo por un especialista. Así, mediante un análisis de la personalidad del sujeto, el trabajo consiste en la gestión emocional y, más en concreto, la gestión de la ansiedad.
De esta manera, una vez detectada, la conducta a evitar es la de una compra impulsiva cuando el paciente padezca dicha sensación o emoción de ansiedad. Mi especialización precisamente está en la terapia para la ansiedad, ¡puedes consultarme!