Cómo han cambiado las relaciones entre las personas en los últimos años, ¿verdad? Las nuevas tecnologías han implicado una revolución increíble en la manera de comunicarnos entre nosotros.
Seguro que lo habéis notado al ver a vuestros hijos cómo se manejan con el móvil y con las redes sociales. Nosotros, a su edad, ¡rara vez llamábamos incluso por el teléfono fijo!
Dentro de esta revolución, se encuentran las redes sociales. Facebook, Instagram o Whatsapp son diferentes plataformas con los que los más jóvenes están todo el tiempo conectados entre sí. Precisamente, el hecho de estar “todo el tiempo” es una de las mayores preocupaciones de los padres.
Por eso, hoy os quiero hablar del peligro que supone para los adolescentes el uso de las redes sociales y, sobre todo, los riesgos que conllevan para su salud mental.
¿Cómo afectan las redes sociales a la salud mental de los jóvenes?
Las redes sociales las usa todo el mundo y a todas horas. De hecho, cerca de un 90% de los adolescentes las usan en nuestro país y prácticamente a diario. Esa es una de las principales razones por las que es muy difícil hacer hincapié en sus desventajas.
Al igual que sucede con otros hábitos adquiridos y que no son saludables, el mayor problema que generan las redes sociales es la adicción.
Puede parecer exagerado si lo comparamos con la adicción a sustancias como las drogas o el alcohol, pero los cierto es que viendo cuáles son sus secuelas, podría no ser tan descabellado. En este sentido, el cóctel explosivo que supone la combinación de ansiedad, depresión y trastorno obsesivo es el mayor peligro para los adolescentes.
Todos ellos tienen graves consecuencias para el desarrollo de los más jóvenes. Entre los síntomas que provocan se encuentra el insomnio, algo muy grave si tenemos en cuenta que es fundamental dormir bien para desarrollarse, así como la pérdida de apetito o la baja autoestima.
Ansiedad por las redes sociales
Como toda adicción, el no utilizar las redes sociales por un tiempo provoca ansiedad a aquel que está acostumbrado a estar todo el rato conectado. Este nivel de angustia, según un estudio realizado en el Reino Unido, indica que aumenta el nivel de angustia, por el uso de las redes sociales más de 2 horas al día, llegando incluso a la ideación suicida.
No es de extrañar que un adolescente padezca ansiedad, ¡para nada! Pero con las redes sociales existen nuevas causas para fomentarla, como el denominado Fear of Missing Out (FOMO), una ansiedad común en los adolescentes que se produce por el miedo a perderse algo en las redes sociales o a estar conectado constantemente con amigos.
Depresión con el uso de las redes sociales
Muy unido a la necesidad de estar constantemente conectado a la ansiedad, otro aspecto relativo al uso de las redes sociales es la depresión. Tal es así esta conexión que este problema concreto se ha popularizado con el término de “la depresión de Facebook”.
Desde hace años, se viene asociando precisamente por esta red social por la percepción de los jóvenes al ver como conocidos, amigos y famosos tienen una vida plena y feliz. Seguro que lo has pensado alguna vez, al ver que solo se comparten las cosas que nos hacen felices o el famoso “postureo”.
Esto hace pensar que todo el mundo es feliz todo el tiempo, cuando nadie lo es, generando depresión en cualquier persona normal que no esté constantemente con una sonrisa en la cara.
Otros aspectos negativos en los adolescentes que se mezcla con la ansiedad y depresión por el excesivo uso de las redes sociales es el trastorno obsesivo. Un adolescente se puede obsesionar al verse impactado continuamente por diversas imágenes que se repiten: cuerpos perfectos y moldeados, gente con dinero, etc.
Al final, es muy comprensible que quieran ser así, produciendo obsesiones por conseguir ese cuerpo, causando posteriormente problemas como la anorexia, sin ir más lejos.
Otros aspectos por los que se pueden considerar un riesgo las Redes Sociales
Además de los problemas que pueden derivar las redes sociales en la salud mental de los adolescentes, existen otros problemas que les pueden afectar.
Por un lado, está el ciberacoso. Todos conocemos, al menos por los medios, la cantidad de situaciones donde el Bullying se traslada a las rede sociales, una situación angustiosa ya que ni siquiera se deja tranquilo al joven ni en su propio espacio personal.
Por el otro, está la sobreexposición de la intimidad del adolescente, un caldo de cultivo por el cual se pueden aprovechar personas mayores para intentar entrar en contacto con ellos, con las graves consecuencias que conlleva y en las que prefiero no profundizar en este artículo.
Gestionar los aspectos negativos de las redes sociales en los adolescentes
Si lo pensamos de manera fría, los problemas que pueden surgir del uso excesivo de las redes sociales también pueden aparecer en personas más mayores. No es nada extraño.
El problema acarreado de que suceda en la adolescencia es que se trata, como bien sabéis, de un período más convulso para el joven. Las hormonas están a flor de piel, con cambios constantes de ánimo. Esto hace que los padres no sepan como comunicarse con ellos y manejan estos años con mayor o menor acierto.
Si estás en esta situación con tu hijo, es probable que quieras saber cómo gestionarla de la mejor manera posible. Lo primero de todo, como padres, tenéis que pensar en no demonizar las redes sociales.
Muchas veces, simplemente se opta por restringir lo que consideramos el problema y listo, pero con eso solo conseguiremos que el adolescente se frustre más y se aleje de nosotros, aumentando la habitual falta de comunicación que hay entre padres y adolescentes.
En este sentido, lo mejor es optar por la compresión. Hablar con naturalidad sobre las redes sociales, así como de otros temas, siempre ayudan a mejorar la comunicación. Así, cuando el adolescente tenga algún problema, tendrá mayor confianza para compartirlo con sus padres.
De la misma forma, hay que recordar que muchos hijos copian muchos de los hábitos de sus padres. ¿Y cómo conseguir que tu hijo esté menos pendiente del móvil o de las redes sociales? ¡Exactamente! Parte de la solución parte de nuestro ejemplo.
Si, desde pequeños, nuestros hijos ven que hacemos un uso razonable del móvil, tienen una mayor facilidad en el futuro para desconectar o para entender que hay espacios en los que no hay que utilizar el móvil.
Si ves que tu hijo tiene problemas con las redes sociales, que le crean angustia o depresión, y no sabes cómo afrontarlo, te puedo ayudar con diferentes terapias específicas para adolescentes.
De esta forma, os puedo dar una serie de pautas para mejorar la comunicación entre padres e hijos y saber cómo ayudarle a salir de esta adicción, ¡consúltame!