Parece una frase hecha, sin más, pero es la pura realidad. La vida es un regalo y hay que saber aprovecharla, pero para ello es necesario contar con una actitud mental positiva.
Sí, es cierto que la vida está llena de obstáculos, de acontecimientos que pueden suponer un duro revés. Sin embargo, centrarse únicamente en esos momentos malos, pueden impedir que veamos el vaso medio lleno, ¡como poco!
La importancia de una actitud mental positiva
Así, para sentirse feliz se pueden requerir de ciertas necesidades básicas materiales. Sin embargo, muchas personas que se podría decir que “lo tienen todo” no llegan a alcanzar la felicidad. ¿Y por qué sucede esto? Posiblemente, por su actitud mental.
Una actitud mental positiva permite valorar, en mayor medida, las situaciones positivas que nos da la vida y afrontar, con optimismo y resiliencia, las más negativas. Ahora bien, ¿cómo conseguirlo? Desde luego, si se es una persona negativa, va a resultar mucho más difícil darle la vuelta a nuestra mentalidad, sobre todo con el paso del tiempo.
Esto se debe principalmente a que, durante mucho tiempo, hemos construido una conexión neuronal que es necesario reconfigurar. Por eso, cuesta mucho esfuerzo.
Pautas para una actitud mental positiva
Desde aquí, os quiero dar una serie de recomendaciones que pueden ser importantes, de cara a mantener una actitud mental positiva. Te invito a que intentes meditar sobre ellas y, ser posible, las intentes incorporar en tu día a día.
Autoestima y lenguaje
Una de las claves para tener una actitud positiva reside en nuestra autoestima. La visión pesimista, incluso hasta llegar a lo irracional, parte de la baja percepción que tiene uno de sí mismo y de sus inseguridades. Por eso, es el eje fundamental sobre el que nos tenemos que basar para sentirnos mejor, como es lógico. Por si necesitas más información, en este artículo te muestro algunas claves para mejorar la autoestima.
En este sentido, y como recomendación para comenzar a tener una mentalidad más positiva, quiero hacer especial hincapié en un aspecto concreto: el lenguaje. La manera en la que nos expresamos es un buen termómetro de nuestra actitud y, si no utilizamos adjetivos o expresiones positivos sobre nosotros, difícilmente vamos a cambiarla.
Tanto si es tu caso, como si es de alguien cercano, seguro que sabes a qué me refiero. Menospreciarse o descalificarse uno mismo es una reafirmación de una actitud mental muy poco saludable.
Visualiza objetivos a largo plazo
Una de las formas de conseguir mantener una buena actitud, es la de visualizar una serie de objetivos en el largo plazo. Puede que sean objetivos de carácter laboral, como familiar o de desarrollo personal.
Teniendo en mente estos objetivos, y siendo consciente de por qué los estás persiguiendo, es mucho más fácil motivarse. Esa finalidad es la que te sirve como guía y, como siempre sucede, nos encontraremos diferentes escollos por el camino. Sin embargo, la posibilidad de visualizar un futuro mejor es muy ilusionante.
Ayudar a otras personas y ser agradecido
Dar es mejor que recibir. Esta expresión puede resultar muy manida, pero para mantener una actitud mental positiva puede ser una gran recomendación.
Cuando una persona tiene muchos pensamientos negativos, es posible que sea, entre otras cuestiones, por que son sentimientos percibidos sobre su vida. Este síntoma es realmente peligroso, puesto que entrar en esa espiral de negatividad puede conducirnos a sufrir patologías como la ansiedad o la depresión.
Pues bien, cuando una persona ayuda a los demás, ya sea con pequeños o grandes gestos, tiende a olvidarse de sus propios problemas. Como consecuencia, “rompe” con esa cadena de pensamientos negativos. Esto ayuda además que tengas una mayor empatía por los demás y, por lo tanto, cambie tu actitud.
De la misma manera, cuando alguien te ayuda, es más que recomendable expresar gratitud. Al hacerlo, consigues conectar con sentimientos como el amor y la bondad, haciendo desaparecer aspectos negativos.
Genera un entorno positivo
Las personas somos mucho más influenciables de lo que podamos llegar a pensar, hasta el punto de que la actitud de los demás nos contagia. Piensa, por ejemplo, en ese amigo que está continuamente criticando y criticando y tú, sin darte cuenta, acabas haciendo exactamente lo mismo.
El entorno en el que nos movemos puede jugar un papel fundamental y si todo lo que recibimos son malas vibraciones, lo más probable es que solo tengamos pensamientos negativos. De la misma forma, si estás cerca de personas que desprenden pensamientos positivos, mejorará nuestra actitud mental.
Obviamente, la solución de no ver a personas que no transmiten positividad es demasiado drástica. Es más, según el tipo de relación que tengas, puede que sea imposible. Lo importante es que seas consciente de ello e intentar encauzar la conversación con este tipo de personas, muchas veces mal llamadas “tóxicas”, hacia temas que sepas que le apasionan o que le gustan.
Siguiendo estas pautas, es posible que consigas, poco a poco, mejorar tu actitud mental, generando pensamientos positivos. Sé que puede ser muy complicado, por lo que si necesitas ayuda, puedes consultarme sobre mis terapias de crecimiento y desarrollo personal.